la fiebre del deseo
es mi enfermedad,
la calma del sueño
...
la encuentro solo en tus brazos,
y estando sólo
no entiendo más al mundo
como una fuerte marea
en mi mente, en mis manos
en tus besos de rosa está el néctar de la vida,
y el cielo está a mi lado,
cuando respiro junto a tu pecho.
en este absurdo sin fin,
la tierra tiembla cuando grito tu amor
las sombras palidecen cuando ¡por fin!
te acercas a mi,
como una visión del tierno amanecer,
sobrio y limpio,
después de una noche
de placeres indómitos
y búsquedas desesperadas.
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