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viernes, 13 de abril de 2012

El Crucificado


La cruz no es de desear. A nadie. Si los mártires "desearon" la cruz no fue porque quisieran morir, sino porque no tenían más alternativa, YA habían sido condenados a morir, así que decidieron morir como Jesús.

Pensar que Jesús deseó la cruz como un acto de auto-glorificación es algo tremendamente equivocado. No fue para su glorificación, sino para la gloria del Reino. Las consecuencias llevaron a eso. Después de haber puesto de cabeza el sistema de los judíos, estos lo persiguieron y consiguieron que se lo ejecutara. Pero no se puede decir que Jesús deseó la muerte por la cruz. Es más, existe el relato donde Jesús reza a Su Padre para no tener que "beber de esta copa", la copa del veneno que lo llevaría a la muerte. Pero Jesús mismo dice, que sea Tu voluntad y no la mía. ¿Conocía Jesús la voluntad del Padre? ¿Era su voluntad, la misma voluntad del Padre? Obviamente, si entendemos este pasaje, diremos que no a la segunda pregunta. Pero Jesús entendía lo que sucedía. Lo que estaba pasando. Y lo que pasaría en consecuencia. Entonces, aceptó el juicio que se vendría contra él, un juicio y castigo injusto (un castigo romano) que lo llevaría a la muerte.

Lo deseable en esta vida, sigue siendo deseable para Jesús, no cambia. Es más, yo creo que él murió por lo que es deseable, lo que es bueno, no lo indeseable. Jesús no quiso la muerte. Las consecuencias llevaron a ello. Él se la buscó, y la merecía, a los ojos de los sacerdotes judíos, porque liberaba a la gente de las obligaciones que ellos les habían puesto, porque abría los ojos a la gente. A los ojos de los hombres, incluso de Poncio Pilato, él no la merecía.

¿Glorificar la cruz? NO. ¿Glorificar el hombre sobre la cruz? NO. ¿Glorificar el Reino de Dios? SI.

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